Nunca me he parado a pensar si aquello que hago es lo correcto, aunque he reflexionado en numerosas ocasiones sobre si sería lo mejor. Y la verdad es que jamás encuentro respuesta. Solo se que quizá todo esto empezó cuando nos conocimos. O incluso no justo en ese momento, pues la conozco desde hace años, si no cuando empezamos a hacernos inseparables,
Eres la persona por la que me gusta sonreír cada día y por la que siempre siento que todo va a salir bien. Te has convertido en mi día a día, en parte de mis ganas de ir al instituto, en ese poco interés que ahora tengo de salir por galapagar los viernes, en la alegría tremenda que me da saber que vamos a hacer algo increíble, en que los golpes por un coche amarillo y naranja me resulten graciosos, en esas ganas de creer que podamos pasar una parte de nuestro futuro juntas, en esas cosas que consigo tras mucho insistir, en la razón por la cual me creo que no hacen falta lazos sanguíneos para sentirte como en familia, como otra hermana.
Solamente espero que todo aquello que has llegado a ser para mí, lo sigas siendo todo el tiempo que sea posible. Quiero que tus lagrimas sean mis lagrimas, que tus risas se me contagien, que si tu te caes yo me caigo. Que si yo no puedo, tu tampoco. Que mis planes sean los tuyos, que lo que no hayamos hecho lo hagamos juntas, que si yo me mojo bajo la lluvia tu me abres tu paraguas, que si una grita, la otra también... Que quiero que sigas siendo mi otro yo.
Porque entonces cuando piense si me incluiría en ese grupo de personas que vive alocadamente, podré decir que si. Porque tu eres yo y yo soy tú. Una sola persona que trata de disfrutar del momento y de las pequeñas cosas. La vida es complicada, pero me da igual. Si me das tu mano, juntas mandaremos a la mierda toda la tristeza. Porque la hora de vivir llegó cuando me dijiste estoy aquí para todo, y yo te respondí: YO TAMBIEN. Habré sufrido en numerosas ocasiones, y puede que no supiera como salir del agujero. Si antes me costaba respirar, tu has sido ese aire que te llega directo a los pulmones para hacerlos funcionar de nuevo. Y es que quizás solo se trataba de eso. Quizás bastaba respirar, solo respirar muy lento.
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