domingo, 7 de octubre de 2012
No conozco lo imposible si me giro y están ahí.
Va, es cierto, la vida es increíble. Casi tanto que a veces podría parecer perfecta. Pensaréis que miento y que ahora mismo debería crecerme la nariz hasta kilómetros inalcanzables, pero es la verdad. Es cierto que este pequeño paquete de regalo viene con mentiras, con noches en vela sin dormir, con lagrimas, con punzadas en el pecho, con golpes contra la pared, con odio, con celos, con decepciones, con rayadas mentales y con numerosas putadas. Pero joder, también nos han dado tiritas para curar las heridas, camas mejores en las que poder dormir, sonrisas contra las lagrimas y personas. Si, personas. ¿Qué pasaría si no tuvieses a nadie con quien desahogar tu odio? A nadie de quien ponerte celoso. Nadie que te decepcione. Pero, ¿qué pasaría si no tuvieses a nadie que escuchase tus rayadas? A nadie que te dijera que todo podría haber sido peor. Nadie con quién después de soltar pestes por la boca, no sabes por qué, pero necesitas abrazarlo con todas tus fuerzas y decirle que pase lo que pase quieres estar a su lado...A fin de cuentas lo único que importa es el ángulo con el que enfocas la situación. Yo hoy tengo motivos para ser feliz ¿los tienes tu? Vamos, seguro que sí.
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