¿Recuerdas esos días de antaño en
los que me buscabas por todos lados? ¿Esos días en los que te
perdías entre las diferentes opciones sin saber cual elegir? Al
final supiste que en realidad, solo importaba lo que esas opciones te
hacían sentir. No era necesario hablar de varios caminos pues
verdaderamente solo existe uno. Aprendiste a valorarme, a explorar
cada rincón de lo que soy. Te paraste a escucharme con detenimiento
y comprobaste que puedo llegar a ser muy persuasiva. Día tras día
me comenzaste a necesitar más y más. Entre las paredes de tu casa,
estaba yo flotando, inundando tu mente de cientos de cosas. Me
convertí en una parte esencial de tu vida.
Aunque parezca mentira yo también te
buscaba. Quería compensarte por haberme hecho significar tanto para
ti . Cuando tenías ganas de llorar yo era la única que se encerraba
en esa habitación contigo. Te soltaba un millón de palabras, cada
una distinta de la anterior, pero de algún modo u otro siempre
conseguía que te sintieses comprendido. A veces, sin ser consciente
de ello, te daba la respuesta de alguna pregunta que llevabas tiempo
sin contestar o conseguía que tu estado de animo pasase de mal a
bien en apenas un minuto. Te demostré que siempre iba a estar a tu
lado, que una vez me conoces es imposible abandonarme. Algunos
aseguran que puedo llegar a ser como la droga.
Pese a tener muchas caras, nunca me
juzgaste mal y te quedaste a ver terminar todo aquello que tenía
para ti. Llegaste incluso más allá y lograste hacerme bailar con
las notas emitidas por una guitarra o un piano. Fueras donde fueras,
siempre estaba yo a tu lado, aportando un toque especial a cada
situación. Hubo un momento en el que me consideraste una de las
mejores cosas que pueden existir en este mundo, y te lo agradezco.
Sé que ahora seguramente sea imposible
que nos separemos. Cuando consigues una amiga como yo, consigues una
amiga para toda la vida. Y créeme, desde el primer momento en el que
me acerqué a tus oídos a cantarte una canción, sentí un vinculo
que me aseguraba tener tu presencia a mi lado para toda la eternidad.
Venga, ¿sabes quién soy no? Claro que
sí, esa misma que acaba de pasar por tu mente.
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