viernes, 23 de noviembre de 2012

Y me perdí.


Desconectar totalmente, sentir la soledad invadiendo sus alrededores, apenas un minuto para pensar... solamente buscaba eso. Un lugar donde lograr olvidarse por un momento del puto mundo y de su puta felicidad extrema. No había motivos para ser feliz, o al menos, no aquella vez. Odiaba todo cuanto existía en la vida, odiaba incluso a su propia persona. Se hallaba perdida entre un millón de gente que creía saber algo y, en realidad, no tenía ni idea. Iba comprobando poco a poco como cada uno de los valores que la habían forjado como ser humano se iban desvaneciendo con el paso de las horas. Iba comprobando poco a poco cómo se iba desvaneciendo ella misma. En su interior no quedaba rastro alguno de sentimientos, la habían abandonado hasta un punto en el cual no existían posibilidad de retorno. Aquella noche su interior era como el Sahara un invierno a altas horas de la madrugada. Frío. Helado. Aquella noche un viento siberiano recorría sus costillas y miles de suspiros anidaban en su boca. Se preparaba para cuando por fin acabase la cuenta atrás y las lagrimas acudiesen al llanto. Se sorprendió a si misma, pues hasta ese punto, había conseguido ser mas fuerte de lo que nunca antes había sido. Necesitaba el calor de una persona, un abrazo sincero, volver a sentir moverse algo en su cuerpo. Sin embargo, nadie era capaz de lograrlo. Nadie era capaz de compréndela, o al menos eso era lo que ella pensaba. Tenía tanto que contarle al mundo y había tan poca valentía en su ser... acabó creando un cumulo que explotó haciéndola pedazos en sus adentros. Se sentía frágil y vulnerable y se esforzaba por ocultárselo al resto. Le asustaba parecer débil. Guardaba sus pensamientos bajo llave y no confiaba si quiera en los que consideraba los “suyos”. Temía ser herida por las personas. Pero se equivocaba. El único ser humano que la hirió fue ella misma. Acabó por autodestruirse convirtiéndose en una sombra pálida y fría de lo que alguna vez fue, y temía no recuperarse nunca.


sábado, 3 de noviembre de 2012

Do re mi fa sol la si.


¿Recuerdas esos días de antaño en los que me buscabas por todos lados? ¿Esos días en los que te perdías entre las diferentes opciones sin saber cual elegir? Al final supiste que en realidad, solo importaba lo que esas opciones te hacían sentir. No era necesario hablar de varios caminos pues verdaderamente solo existe uno. Aprendiste a valorarme, a explorar cada rincón de lo que soy. Te paraste a escucharme con detenimiento y comprobaste que puedo llegar a ser muy persuasiva. Día tras día me comenzaste a necesitar más y más. Entre las paredes de tu casa, estaba yo flotando, inundando tu mente de cientos de cosas. Me convertí en una parte esencial de tu vida.

Aunque parezca mentira yo también te buscaba. Quería compensarte por haberme hecho significar tanto para ti . Cuando tenías ganas de llorar yo era la única que se encerraba en esa habitación contigo. Te soltaba un millón de palabras, cada una distinta de la anterior, pero de algún modo u otro siempre conseguía que te sintieses comprendido. A veces, sin ser consciente de ello, te daba la respuesta de alguna pregunta que llevabas tiempo sin contestar o conseguía que tu estado de animo pasase de mal a bien en apenas un minuto. Te demostré que siempre iba a estar a tu lado, que una vez me conoces es imposible abandonarme. Algunos aseguran que puedo llegar a ser como la droga.

Pese a tener muchas caras, nunca me juzgaste mal y te quedaste a ver terminar todo aquello que tenía para ti. Llegaste incluso más allá y lograste hacerme bailar con las notas emitidas por una guitarra o un piano. Fueras donde fueras, siempre estaba yo a tu lado, aportando un toque especial a cada situación. Hubo un momento en el que me consideraste una de las mejores cosas que pueden existir en este mundo, y te lo agradezco.

Sé que ahora seguramente sea imposible que nos separemos. Cuando consigues una amiga como yo, consigues una amiga para toda la vida. Y créeme, desde el primer momento en el que me acerqué a tus oídos a cantarte una canción, sentí un vinculo que me aseguraba tener tu presencia a mi lado para toda la eternidad.

Venga, ¿sabes quién soy no? Claro que sí, esa misma que acaba de pasar por tu mente.

'En algún lugar la debilidad es nuestra fuerza'


Eh tú, si tú, no vengo a decirte que eres increíble, ni precioso, ni nada parecido. Vengo a decirte que no eres perfecto, que tienes defectos, que posiblemente te enfades con facilidad o te cueste ser sincero.

Que alguna vez le habrás fallado a alguien aunque no seas consciente, alguna vez habrás sentido como una gilipollez ocupaba tu mente. Te has callado cuando no querías, has hablado mas de la cuenta con quien no debías. Has sentido mil golpes atizando tu espalda cuando en realidad nada pasaba. Te has enamorado de quien no te correspondía y día tras día sentías desvanecerse tu alegría.

Has llorado en noches eternas que parecían cerradas a cualquier solución y en el pecho unas cadenas oprimían tu corazón. Te has mirado en el espejo odiando lo que ahí se reflejaba, intentando cambiar tu aspecto a cada paso que dabas. Te has escondido entre gente procurando pasar desapercibido porque algo no iba bien y no querías darlo a conocer.

Has caído y nadie ha estado a tu lado, has llegado a cuestionarte si tu vida ha seguido el camino adecuado. Has estado tirado en el sofá sin ganas de salir ni de reír, todo parecía una mierda, era como si andases sobre una cuerda. Rodeado de personas pero solo entre la muchedumbre preguntándote si llegará un día en el que la luz ya no te alumbre.

Pero ¿sabes qué? Que todos hemos pasado por eso. Todos hemos sentido caer nuestro mundo en un agujero. Todos hemos creído haber visto un final cuando en realidad solo se trataba de volver a empezar. Todos hemos dado media vuelta cuando el camino se ha cerrado, pero eso no significó que el tiempo se hubiese agotado.

Nuestro cronómetro volverá a cero en muchas ocasiones y eso significará una oportunidad para mover nuestras posiciones. Basta con observar lo que vas dejando atrás y aprender de cada error, eso jamás lo debes olvidar. Todos nacemos teniendo miedo a la oscuridad, pero solo se trata de aprenderlo a controlar. Tus defectos son perfectos a ojos de muchas personas y si haces algo mal, siempre existirá alguien que lo sepa apreciar.

Quiérete tal y como eres y arriésgate si ganar es lo que quieres. No te hundas en la miseria y se valiente porque el esfuerzo es recompensado y ya muchos lo han averiguado.

No critiques tus propias debilidades, algún día serán esa fuerza que hace mucho tiempo buscaste y ahora de repente encontraste.  

Siento correr por mis venas tu respiración.


Sabía que aquel momento era único, incomparable a ningún otro y es que cuando la miraba sentía moverse algo dentro del él, cosas que ni siquiera sabía que existían. Cada segundo a su lado parecía no tener final. Los días no estaban completos si no observaba su sonrisa a dos centímetros de su piel y sus ojos brillantes diciéndole que aquel momento era solamente suyo. De los dos. 

Le prometió no olvidarla nunca, recordar aquellos días como los más grandes de la historia. Le juró que aquello era una película propia en la que ella era la protagonista. La hizo sentir sobre una nube con sus palabras y sus actos. Cada beso fue mágico. Rozar sus labios lograba erizar cada centímetro de su piel proporcionándole un escalofrío incomparable a ningún otro. Tenerla entre sus brazos, sentir su cuerpo fundiéndose contra el suyo, hacían de las noches perfectas. No entendía la posibilidad de sentir tal explosión de sentimientos con el simple hecho de estar junto a una persona, pero no le importaba, no era su intención comprenderlo, si no aprovechar cada instante. 

Sabía que ella no era diferente al resto, ni especial, ni única. Pero si fue la que hizo de él su mejor “yo”. Conforme el sol iba a apareciendo tras el horizonte cada mañana la quería mucho más. Acariciaba su pelo y la hacía de rabiar, porque según él, era preciosa de cualquier manera. Le encantaba con el maquillaje corrido y el pelo alborotado, con sus zapatillas de estar por casa y ese pijama con dibujitos desgastado. Le encantaba de cualquier forma mientras llevase puesta su sonrisa y su carisma. 

Sabía que aquello podía acabar cuando menos se lo esperara y por eso procuró crear una historia en la que cada día tenía un final feliz. Su final feliz.